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Descubre el Sacromonte de Granada

20 octubre, 2020 Lugares, Turismo

Pocos barrios, ya no solo de Andalucía, sino de España, evocan el encanto que engloba el barrio del Sacromonte, cuna del flamenco, las cuevas y el encanto que vinimos a buscar a la ciudad de Granada. 

El barrio del Sacromonte, esencia del flamenco

Si obedecemos a la historia, los gitanos oriundos de la India llegaron a España en el siglo XV tras décadas deambulando errantes por diferentes lugares de Europa del Este. Sin embargo, el destino final de su éxodo sería junto a la ribera del río Darro, en las famosas viviendas acondicionadas en cuevas que hoy ya son una seña de la ciudad de Granada. Guaridas cuyo origen, aún confundido, bebe de las viviendas de los primeros árabes  y judíos expulsados de la ciudad tras la conquista de los Reyes Católicos. 

Con este encuentro entre culturas llegaría el caló, su idioma oriundo, además del flamenco que aún flota entre los balcones y locales, saraos y terrazas de este rincón icónico de la ciudad de Granada ya inmortalizado por Federico García Lorca en su famosa obra “Romancero Gitano”.

Siglos después de esta fusión, hoy el barrio del Sacromonte despierta alimentado por viejas leyendas que ilustran al visitante con algunos de los rincones obligados de la zona: las Escuelas del Ave María, fundadas por Don Andrés Majón a principios del siglo XX para instruir a niños gitanos; la majestuosa Abadía del Sacromonte, la cual acoge los ecos de los primeros cristianos de la ciudad; o la Cueva de Curro Albaicín, personalidad del flamenco cuyas fiestas han recibido a personalidades que van desde Pedro Almodóvar hasta Bill Clinton. 

Pero especialmente, uno de los principales obligados a la hora de visitar el barrio del Sacromonte es, sin duda, enlazar con el adyacente barrio del Albaycín. 

Sacromonte y Albaycín, visita obligada en Granada

Considerado como uno de los barrios con más historia de Granada, el Albaycín se asemeja en ocasiones a un espejismo. Un oasis donde la percepción espacio-tiempo se diluye entre las casas encaladas mientras allí, frente a nuestros ojos, la Alhambra continúa imponente, con la misma firmeza que la de tiempos ancestrales. 

albaycin

Pieza angular de la antigua Granada andalusí que aún respira entre comerciantes que recorren sus calles cargados con ollas de garbanzos, teterías exuberantes y viviendas dormidas en nubes de buganvilla, el Albaycín supone el mejor umbral desde el que perderse por algunos de los rincones más emblemáticos de la ciudad.

Desde los restos de la muralla zirí que también surca el barrio del Sacromonte, podemos iniciar la visita hasta perdernos entre sus muchos iglesias (la de San Nicolás es una de las más famosas), hasta detenernos en un bar idóneo para degustar la mejor ristra de tapas y delicias de la ciudad, tanto aquellas de carácter más ibérico como árabe. 

Al final de la tarde, puede que la Alhambra envuelta en el atardecer marque el inicio de ese viaje en el tiempo. Pero acabes donde acabes, lo harás bailando flamenco. 

 

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