La Alhambra de Granada se encuentra en lo alto de la colina Al-Sabika, llamada así por los andalusíes. La Sabika es un lugar que abarca una parte importante de la historia de Granada, además de ser un espacio cargado de innumerables leyendas y magia.
Poder pasear por la Colina de la Sabika es descubrir un lugar en el que se mire a donde se mire, se contemplan diversos detalles que lo convierten en un espacio único que embriaga por su tranquilidad, sus colores y el sonido del agua.
La colina de la Sabika no solo cuenta con el privilegio de asentar sobre ella la Alhambra de Granada, sino que además da sostén al barrio de la Churra por su lado que llega hasta el Genil, su zona más sombreada.
La Sabika, considerada la colina roja de Granada, siempre pareció haber estado destinada a ser lugar de descanso de la Alhambra, ya que abraza los lechos de los ríos Darro y Genil, además de presumir de ser el último bastión de la Sierra Nevada.
LA SABIKA Y SUS ORÍGENES
El Reino Nazarí se caracterizó por respetar las vías y ciudades romanas hasta el punto de ampliarlas, endosándoles nuevas fundaciones. Los historiadores afirman que ya en el siglo IX, se iniciaron obras para algunas construcciones en la colina de la Sabika.
Dichas construcciones fueron las que terminaron por levantar la Alhambra de Granada, pero lo cierto es que distintos historiadores, creen que existía alguna edificación en dicha zona en la época romana y antes de ella.
Luego de la guerra civil en el año 1031 que sucedió al Califato de Córdoba, la capital de la provincia granadina fue trasladada de Elvira a Granada y el Reino de Taifa decide establecer su corte en la Alcazaba Cadima, en el barrio del Albaicín.
En la parte baja del barrio del Albaicín, existía una población considerable y comprendida en su mayoría por personas judías, el cual fue el centro del desarrollo de la ciudad de Granada. Samuel ibn Nagrella, quien alcanzó el cargo de visir en el Reino de Taifa, fue el encargado de iniciar el proceso de reconstrucción de las edificaciones que estaban abandonadas en la colina de la Sabika y decidió instalar allí su palacio.
Las construcciones que existían en la colina de la Sabika, sirvieron como refugio tanto para los locales andalusíes, como también para invasores del norte de África, durante las luchas que se sucedieron durante el siglo XII, las cuales fueron causadas por las constantes oleadas de Almorávides y Almohades.