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No hay nada más granadino que la Fajalauza. La cerámica artesanal que ha caracterizado a la ciudad de la Alhambra durante cinco siglos y que tiene su origen en la época mozárabe. Por eso es tan importante poner en valor que esta artesanía haya llegado a nuestro tiempo intacta. Y, sobre todo, que trabajemos para conservarla. Para que este arte que caracteriza tanto a esta tierra no se pierde y pueda reproducirse durante muchos más siglos.
Autora: Lourdes Cardenal
Hace unas semanas, el medio de comunicación El Independiente de Granada publicaba un reportaje excepcional titulado Fajalauza, cinco siglos de la cerámica más granadina. En él contaban cómo una de las pocas señas de identidad de Granada estaba en peligro. Por necesitar de la ayuda de las administraciones, para que no se perdiera su legado.
El nombre de esta artesanía coge su nombre de la Puerta de Fajalauza. Lugar en torno al que, en el siglo XIX, se crearon talleres como el de Cecilio Morales Moreno. Para que no se pierda su obra, los sobrinos de este artesano que cuenta ya con 97 años, han creado una fundación. Tiene como objetivo cuidar y dar a conocer este tipo de artesanía de barro, la más famosa de Granada. Y es que el apellido Morales se vincula a esta artesanía desde su origen, después de la conquista cristiana.
Autora: Lourdes Cardenal
Piezas pintadas a mano que se utilizan para la construcción y decoración de interiores y de exteriores. Esto es la Fajalauza, también conocida como loza. Una cerámica cuyos orígenes se documentan en los inicios del siglo XVI. Esta cacharrería popular se hace en barro vidriado y decorado. Normalmente en los colores azul-gris o verde con motivos vegetales. Aunque también se ven pájaros, lacerías y motivos heráldicos con águilas bifrontes.
La muralla del Albaicín tenía seis accesos y uno de ellos era la puerta de Fajalauza. Este lugar fue levantado a mediados del siglo XIV por el hayib Ridwan, ministro de Yusuf I de Granada. ¿El objetivo de su existencia? Defender el primitivo arrabal de los Halconeros o del Albaicín. Este acceso comunicaba el arrabal con el de los Alfareros. Y allí se sitúan desde 1517 los talleres de olleros, que luego, en el siglo XIX, se llamaron loza de Fajalauza.
Autora: Lourdes Cardenal
La historiadora del arte, investigadora e intelectual española especializada en el campo etnográfico de la alfarería tradicional y la cerámica histórica, Natacha Seseña, cuenta el paralelismo que hay entre la producción de Fajalauza en Granada y la de Teruel. Por lo visto estos son los dos centros de la Península Ibérica donde mejor se ha conservado la tradición alfarera de origen morisco.
No fue hasta hace mucho que la producción de la Fajalauza mantuvo sus características primitivas. Hasta 1975 se fabricaba con vidriado con poco estaño, decoración en verde o azul grisáceo, motivos vegetales, sobre todo la granada y motivos heráldicos… Poco después los tonos azules y verdes se vieron adulterados por el uso de colorantes industriales. La masificación comercial ha hecho que este estilo llegue a tener un mercado hasta, nada más y nada menos, que Japón.
Sin embargo, solo en el taller de Cecilio Morales se sigue trabajando el barro como se hacía hace cinco siglos. Sin variar su estilo y forma. Tan solo introduciendo la electricidad como sistema de trabajo. Filtrando y amasando con máquinas y modelando con tornos motorizados. Para cocer con horno eléctrico o de gas.
Autora: Lourdes Cardenal
Algunas de las múltiples formas que ha tomado la Fajalauza nos sirven para prácticamente todos los aspectos de nuestra vida. Transportar líquidos, decorar nuestros hogares con azulejos, conservar nuestra comida con platos, cuencos o queseras… Incluso para dedicar homenajes en placas o señalar nuestras calles con cartelas se ha usado.
Una curiosidad extraordinaria es que la mayor parte de los azulejos del Patio de los Arrayanes fueron repuestos por Fajalauza a mediados del siglo XX. Por eso es muy importante que esta tradición no se pierda. Y que la nueva Fundación-Cecilio Morales preserve la cerámica auténtica de este estilo, creando una escuela de artesanía.
Autora: Lourdes Cardenal
Para saber más, os invitamos a leer este magnífico reportaje publicado en El Independiente de Granada. De él, junto con otras páginas como Wikipedia, hemos bebido para sacar la información para redactar este post.