Imagen: Nelebka’s Room
«Por todas partes en torno a Granada, entre los muchos jardines que hay, así en la llanura como en los cerros, se encuentran, aunque no se vean por causa de los árboles, tantas casitas de moros esparcidas acá y si se pudieran juntar compondrían otra ciudad no menor que Granada. Y aunque, es verdad, las más son pequeñas, tienen todas ellas sus aguas, sus fuentecillas, sus rosales, mosquetas y mirtos y toda gentileza». (Andrea Navaggiero)
Hoy os hablamos de una construcción muy granadina, el carmen. Proviene del término arábigo-hispano “Karm”, cuya traducción significa “viña”. Su origen lo encontramos en la ocupación nazarí, durante la cual se convirtió en una tradicional finca rústica, dedicada al cultivo de la vid, y al recreo.
Recuperamos en esta ocasión una serie de documentos del Patronato Municipal Fundación Albaicín. De estos documentos os recomendamos especialmente » ‘Cármenes de Granada” de Luis Seco de Lucena Paredes.
Lo que caracteriza el carmen es que tienen parte de huerto y parte de jardín, pero sin ser plenamente ni lo uno ni lo otro. Es importante recordar que un carmen es una propiedad privada, una zona verde tapiada ligada a una vivienda, que no deja de ser un inmueble urbano, que además por estar en las laderas obtienen unas vistas privilegiadas.
En Granada los cármenes se convirtieron en auténticos alveolos de la ciudad en los que, en palabras de Seco de Lucena “En el carmen las flores se entrelazan con las hortalizas en entrañable maridaje. Los árboles que lo adornan no desempeñan una función exclusivamente ornamental. Decoran, dan sombra y frescura; y al mismo tiempo, producen óptimo fruto. En el carmen se aspira el penetrante perfume de las azucenas, de las rosas, los jazmines, los claveles, los nardos, los alhelíes, la madreselva, el galán de noche; y al mismo tiempo, se recogen granadas y acelgas, albaricoques y lechugas, ciruelas y habas, melocotones y espinacas, peras y cardos, manzanas y fresas, cuya cosecha suele dar abasto para el consumo de una familia.”
IMPRESCINDIBLES PARA CONOCER LOS CÁRMENES GRANADINOS
Algunos de los cármenes más populares de Granada son el Campo de los Mártires y el Aljibe del Rey.
El primero, llamado “Campo de Ahabul” por los musulmanes y Campo de los Cautivos por los cristianos es el lugar desde el que Boabdil entregó la ciudad a los Reyes Católicos.
Se trata de un enclave de más de siete hectáreas catalogadas como Bien de Interés Cultural desde 1943. Un espacio en el que encontraremos un palacete rodeado de huertos, jardines ingleses, franceses y españoles, terrazas, la Isla del lago, y un espléndido patio nazarí.
Uno de los accesos a este carmen, y al bosque de la Alhambra, se sitúa a pocos pasos de Hammam Al Andalus ÁndalusGranada, la Puerta de las Granadas.
El segundo, emplazado en el barrio del Albaicín, se compone de un amplio edificio principal, completado por huertos, jardines y otras pequeñas edificaciones, que suman casi dos mil metros cuadrados. Uno de los principales distintivos de este lugar es el patio interior situado sobre su aljibe, el mayor de la zona con una capacidad de trescientos metros cúbicos. Actualmente el edificio está destinado a actividades culturales.
Sin duda alguna, a la hora de disfrutar Granada, aparte de ser obligatorio un buen baño en Hammam Al Ándalus, los cármenes deberían también ser visita obligada, como espacios únicos que son y que esperamos no desaparezcan del paisaje urbano de la ciudad.