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Si existe una ciudad en la que el legado musulmán cobra un sentido especial, ésa es la Granada árabe. En cada poro de sus calles y rincones se respira la esencia de quienes poblaron la ciudad durante siglos e hicieron de ella una de las más ricas del mundo en cuanto a cultura, arquitectura e historia. La huella árabe se siente en Granada desde el primer hasta el último aliento, recordándonos que el suspiro de Boabdil fue el lamento de quien deja atrás semejante tesoro.
La huella histórica árabe en Granada
La historia de Granada es tan agitada que en sus muros se reflejan los contrastes de las culturas que por ella pasaron.
Tras el paso de íberos, romanos y visigodos por lo que hoy es la capital granadina, las tropas bereberes invadieron la Península Ibérica (711) y, dos años después, dieron a la ciudad el nombre de Ilbira (Elvira). Fue la primera huella histórica árabe en Granada.
Con el inicio del Califato de Córdoba (929), Granada perdió protagonismo hasta que surgieron los reinos de taifas. Fue entonces cuando pasó a ser gobernada durante 90 años por los ziríes -una familia bereber del norte de África-, que construyeron parte de su antigua muralla y levantaron la Alcazaba Cadima en el Albaicín (una de sus torres aún permanece en pie).
Los segundos reinos de taifas (1090) propiciaron el control de los almorávides sobre la ciudad, quienes levantaron las Torres Bermejas y la Puerta de las Pesas.
Pero los almohades se hicieron con el poder en el año 1154 y construyeron la muralla que actualmente alberga el barrio del Realejo, conocido barrio musulmán de Granada.
En 1237 se empezó a construir la Alhambra, aunque un año después llegaron las tropas de Muhammad Ibn al Ahmar para dar paso al reino nazarí. Fue la etapa de mayor esplendor de la historia de la Granada musulmana y duró hasta 1492, cuando los Reyes Católicos conquistaron la ciudad.
Durante ese tiempo se levantó el monumento más importante de la Granada árabe, y uno de los más visitados del mundo: la Alhambra.
El legado cultural árabe en Granada
El legado árabe en Granada se refleja en numerosos monumentos y espacios como la Alhambra, el Palacio de la Madraza, el Corral del Carbón, la Carrera del Darro, la Puerta de Elvira o sus baños árabes.
Fuentes, miradores, carmenes y todo tipo de rincones evidencian hoy en día la esencia de la Granada musulmana. Pero no sólo la arquitectura conserva los vestigios de ese esplendor árabe en la ciudad, sino también su urbanismo, su artesanía y hasta sus formas de ocio preservan todavía el origen del legado andalusí en Granada.
Para disfrutar de los monumentos árabes en Granada podemos comenzar por una visita a la Alhambra y los palacios nazaríes, una experiencia que nutre todos nuestros sentidos.
Y, si hay algún lugar que reúna en cada rincón la esencia de la cultura de la Granada árabe, ése es el Albaicín, primer núcleo urbano de la ciudad zirí y claro ejemplo del legado de sus antiguos pobladores.
La lista de lugares de origen musulmán en la ciudad es casi interminable: la Alcazaba, los aljibes, el Bañuelo, el Arco de las Pesas, la Puerta Monaita, el Palacio Dar-al-Horra, la Alcaicería…
Ocio para disfrutar del legado árabe en Granada
Hoy en día, algunos de los planes de ocio que se pueden disfrutar en la ciudad de Granada forman parte de ese legado árabe del que hablamos.
Por ejemplo, para disfrutar de su artesanía, del comercio típico de la época e incluso del urbanismo de sus calles estrechas, podemos pasear por la Alcaicería, una de las calles con más encanto y que mejor refleja la huella árabe en Granada.
Muy cerca de allí, en el entorno de la calle Elvira, quienes visitan la ciudad tienen una parada obligada en alguna de sus teterías, llenas de sabores y aromas que nos transportan a la época más gloriosa de la Granada árabe.
Viaje inmersivo a la Granada árabe a través de Hammam
Y, por supuesto, nada como visitar los baños árabes de Hammam Al Ándalus para disfrutar de la experiencia inmersiva más completa si queremos conocer el legado andalusí de la ciudad.
Darse un relajante baño y un masaje con técnicas ancestrales es uno de los planes de ocio más recomendables. Con un baño de vapor, baños en piscinas de diferentes temperaturas, un masaje relajante y una limpieza purificante de la piel podemos poner el broche de oro a un viaje inolvidable por la Granada árabe.
Cualquiera de las experiencias y rituales de Hammam que elijas te servirá para conectar con los antiguos pobladores musulmanes a través del agua, la luz, los aromas, los sonidos y los silencios, maneras tradicionales de buscar la calma y el bienestar que forman parte del fecundo legado árabe.
Dónde disfrutar de la comida árabe en Granada
Hemos hablado de las teterías como parte de las tradiciones de ocio de la cultura árabe pero en ellas también debemos tener en cuenta el trasfondo gastronómico, pues son muchos los dulces que se pueden probar para acompañar el té que tienen origen musulmán.
No podemos olvidarnos de esto cuando elijamos el postre pero, antes de eso, también en Granada contamos con numerosos ejemplos de que la gastronomía árabe dejó una huella imborrable en la ciudad.
Para disfrutar de esos platos, podemos elegir entre numerosos restaurantes, donde degustar kebab, falafel, hummus, tabulé, shawarma o baklava, entre otros sabores. Aquí tienes algunos de los mejores lugares de comida árabe en Granada:
- Restaurante Arrayanes. Está en el barrio del Albaicín y ofrece una fusión de comida árabe y andaluza muy interesante. Además, la decoración le da mucha autenticidad.
- Restaurante Al-Faguara. También se encuentra en el Albaicín y ofrece un ambiente ideal para degustar comida árabe y libanesa.
- Restaurante Damasqueros. Es uno de los mejores restaurantes de toda Granada. Tiene platos sirios y libaneses muy sabrosos y cuenta con una decoración árabe tradicional, ¡hasta con alfombras en el suelo! Está por el barrio de El Realejo.
- Restaurante El Baraka. En el centro histórico, cerca de la catedral, se encuentra uno de los mejores restaurantes árabes de la ciudad. Ofrece platos de la cocina árabe y marroquí y también cuenta con una decoración tradicional.
Y es que la Granada árabe puede disfrutarse con los cinco sentidos.