Descubre los pueblos más encantadores de la Alpujarra de Granada donde encontrarás paz, naturaleza y tradición.
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Hay lugares donde la calma llega sola, por la magia del entorno. También hay lugares donde nos sentimos en paz, donde es fácil encontrarse y vivir el carpe diem. Otros enriquecen el ánimo y se convierten, aunque sea por unos días, en nuestro refugio.
Uno de esos sitios es la Alpujarra granadina. Deslumbra por la belleza de sus calles, la fuerza de sus costumbres y la sencillez que la define.
La Alpujarra granadina es, sin duda, uno de los lugares más especiales de la provincia. La conozcas o no, aquí tienes los pueblos donde es más fácil encontrar paz interior.
La Alpujarra granadina
Sus pueblos se reconocen al instante: bellos, con encanto y muy cuidados. Si buscas calma y serenidad, este es el enclave perfecto. En plena ladera de Sierra Nevada, la naturaleza lo envuelve todo y cada calle ofrece un paisaje fascinante y un carácter único.
Los mejores pueblos de la Alpujarra para relajarse
No son solo destinos turísticos: son historia, cultura y armonía. Por eso te proponemos al menos tres pueblos de la Alpujarra granadina para respirar esa paz.
Soportújar
Quizá sea de los menos conocidos, pero gana popularidad cada año. Sus rincones pintorescos y sus casas blancas en calles empinadas son su sello. Ideal para desconectar y reconectar con la naturaleza.
Pampaneira
Su belleza es famosa. Cada esquina invita a la foto y a la contemplación. Es un pueblo pequeño para perderse sin prisa y dejar que el tiempo pase despacio.
Capileira
Las vistas son espectaculares. En plena alta montaña, parte de su territorio está dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada. Si te gusta el trekking, aquí comienzan muchas rutas hacia las cumbres.
El templo budista de la Alpujarra, una visita obligada
¿Conoces el templo budista de la zona? La meditación y el budismo tienen un fuerte arraigo en las montañas de Sierra Nevada. En este entorno único se encuentra el Centro de Retiro Budista O Sel Ling, a más de 1.600 metros de altitud.
Si buscas paz, la encontrarás en los pueblos de la Alpujarra o en la práctica silenciosa del templo. Es un lugar único, con décadas de experiencia, perfecto para mirar hacia dentro y entrenar la mente y la relajación.